domingo, 16 de mayo de 2010

América Latina: Esperanzas para el 2010

Es importante señalar que las cifras de caída del crecimiento, así como las de aumento del desempleo, de la pobreza y la indigencia, por su moderación, se habían constituido en una noticia si no buena, al menos generadora de un cierto alivio, pues nos mostraba una América Latina capaz de resistir en mucho mejores condiciones que en el pasado una enorme crisis financiera de carácter global.


A las cifras que entonces entregábamos habría que añadir que en lo que respecta a la distribución del ingreso, aspecto históricamente negro de la economía latinoamericana, la cual posee la distribución de ingresos más desigual del mundo, se puede observar una mejoría persistente aunque todavía en niveles muy altos desde el año 2002.

Resulta en consecuencia, aunque insuficiente, muy positivo que el índice de Gini se haya reducido en un 5% de promedio entre 2002 y 2008. Durante estos años sólo aumentó la concentración del ingreso en Colombia, Guatemala y República Dominicana. En todos los otros países se produjo una disminución de la desigualdad, como lo señala CEPAL.

Niveles de desigualdad
Es verdad que seguimos hablando de niveles muy altos de desigualdad. El país latinoamericano menos desigual, es mucho más desigual que el país desarrollado más desigual perteneciente a la OECD.
Sin embargo, las tendencias en economía son importantes, y esta tendencia en buena, incluso si vamos mucho más atrás y la comparamos con el año 1990. En ese caso, la reducción del Gini es de un 4%.


No tenemos cifras respecto al año de la crisis, pero es muy probable que si hay empeoramiento, este sea muy limitado y la tendencia positiva pueda seguir desarrollándose a partir del año 2010.
Por lo tanto, el temido balance del año 2009, resultó menos malo de lo esperado y ello debe tranquilizarnos aún cuando no satisfacernos.


Persisten las diferencias
En primer lugar porque bien sabemos que estas cifras promedio ocultan diferencias muy grandes entre los países y, como siempre, los menos desarrollados presentan los mayores problemas.
Lo mismo sucede al interior de los países donde los grupos mas vulnerables -mujeres, niños, indígenas, etc.- sufren con más fuerza los rigores de la crisis y concentran en ellos las peores cifras.

¿Cuáles son los desafíos para salir de esta situación, para enfrentar un mejor año 2010?
Debemos tener presente que en el futuro enfrentaremos probablemente una economía global que mejorará muy pausadamente y la recuperación de empleos tampoco será rápida. El bono demográfico, es decir, la menor dependencia de los ingresos de quienes trabajan en los hogares, tenderá a disminuir y será difícil mantener los actuales niveles de gasto social si el crecimiento se mantiene relativamente bajo en los próximos años.

Responder a la crisis
La capacidad que ha tenido la economía latinoamericana para responder en mejor pie a la crisis sólo se asegurará en el futuro a través de la proactividad de los estados y en su capacidad final para sostener niveles aceptables de actividad y empleo. Será sustentable en el tiempo si es capaz de mantener y desarrollar instrumentos de política social: transferencias monetarias, políticas de empleo y crédito, subsidios a servicios de consumo, pero a la vez en la generación de sistemas de protección social que aborden integralmente la extensión de la cobertura, generen una sociedad de garantías y aborden la situación de los grupos más vulnerables.

Nada de ello será sostenible en el tiempo si no se aborda una profunda transformación productiva que eleve la competitividad de las economías latinoamericanas, que aumente el valor agregado a su base de recursos naturales y sea ambientalmente sustentable.
En todo esto nuestro avance es casi imperceptible, estamos muy atrás en ciencia, innovación y tecnología, en colaboración público-privada, en la calidad de nuestros sistemas educativos.
No tendremos políticas contracíclicas sólidas si no damos esos pasos.
Es aquí que, querámoslo o no, nos encontramos con la necesidad de un enfoque sistémico y en particular de sistemas políticos mejores.

Honduras
Concluimos el año con un serio revés para la democracia en Honduras, con demasiada conflictividad en algunas democracias y entre algunos países. Los procesos electorales se han realizado con distintos niveles de tensión, algunos muestran democracias maduras como en Chile y Uruguay, otros han generado triunfos contundentes como en Bolivia, que esperamos permitan disminuir la tensión y no agravarla.
El mejor ambiente interno en los países será un factor indispensable para los pasos integracionistas que tanto requiere América Latina para mejorar su peso en los asuntos mundiales.


Esperemos que ese sea el camino del 2010.

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